LA PERSONALIDAD

El problema respecto a la propia evolución, desde una perspectiva general, es el desequilibrio entre los diferentes estados en los que se sumerge el humano en las distintas situaciones de la vida. En ocasiones será la parte emocional la que surgirá, en otras la intelectual y en otras la instintiva. Uno no es dueño de la reacción que desencadena un estado u otro; por ello se dice que hay un desequilibrio y que es la Personalidad la que domina a los humanos. Por que son fruto de la Personalidad las reacciones de este tipo. Las reacciones superiores son de otra índole.

Este desequilibrio entre los estados emocional, instintivo e intelectual se subdividen en más categorías, pero aquí lo importante es considerar que estos estados primigenios son los que configuran los yoes que surgen en cada choque sin que el humano apenas se dé cuenta de lo que está ocurriendo en su interior. Esto convierte al humano en un ser mecánico, carente de auténtica autonomía y capacidad de elección. Un ejemplo sencillo: una persona está trabajando y observa que su jefe riñe a un compañero -además de amigo- de manera injusta y lo despide. El observador de la escena, de repente, siente rabia; ha habido un choque en su estructura personal, siente indignación por lo que acaba de presenciar. Ha reaccionado emocionalmente hasta el punto de hacer comentarios a su jefe sobre la injusticia de abroncar a su compañero y despedirlo. El ejemplo puede dar más de sí, pero vamos a fijar nuestra atención en el sujeto que en principio era el observador de la escena. Su reacción emocional, en este caso la rabia, ¿de dónde ha surgido?¿Por qué?¿Qué parte de él mismo no domina ni comprende? Estas cuestiones básicas pueden llevar a la reflexión a la persona que reacciona ante algo que choca en contra –o a favor, no importa- de sus estructuras personales. Pero no sólo sabiendo el porqué o el dónde se halla la solución o la respuesta al intrincado proceso de la Personalidad dominante. Es esencial trabajar. Practicar. Hay que saber qué hacer en la próxima ocasión que ocurra algo semejante a una situación que provoca un choque. La toma de consciencia es el primer paso, pero después hay que estar al acecho para que no se repita la misma reacción. En ocasiones con darse cuenta y comprender algo ya es suficiente, pero hay partes de la Personalidad que requieren de un trabajo más duro y constante. Como dice Jacob Needleman:

“[...] las ideas filosóficas no cambian nada en la vida de un individuo. Sin el conocimiento práctico de cómo llevar las grandes ideas al corazón e incluso a los tejidos del cuerpo, la filosofía no nos puede llevar muy lejos” Jacob Needleman, El Cristianismo olvidado, cap I

Por tanto, es indispensable la teórica, pero el problema de mucha gente de conocimiento es que carece de una práctica constante sobre uno mismo, y eso significa que ése conocimiento que posee se vuelve inútil si no hay resultados palpables.