REPERTORIO DE PAPELES; "FRAGMENTOS DE UNA ENSEÑANZA DESCONOCIDA" VI, P.D. OUSPENSKY

"Nótenlo bien -dijo G. con respecto a esto: cada hombre tiene un repertorio definido de papeles que desempeña en circunstancias ordinarias. Tiene un papel para cada clase de circunstancias en que se encuentra habitualmente; pero colóquenlo en circunstancias ligeramente diferentes, y será incapaz de descubrir el papel que concuerda con ellas, y por un breve instante se tornará él mismo. El estudio de los papeles que cada uno desempeña es una parte indispensable del conocimiento de sí. El repertorio de cada hombre es extremadamente limitado. Si un hombre dice simplemente «Yo» e «Ivan Ivanovich», no se verá a sí mismo todo entero, porque «Ivan Ivanovich» tampoco es uno solo; cada hombre tiene por lo menos cinco o seis de ellos: uno o dos para su familia, uno o dos para su oficina (uno para sus superiores y el otro para sus subordinados), uno para sus amigos en el restaurante, y otro también, quizá, para las conversaciones intelectuales sobre temas sublimes. Según los momentos, este hombre está completamente identificado con uno u otro, y es incapaz de separarse de él. Ver sus papeles, conocer su propio repertorio, y sobre todo saber cuán limitado es, ya es saber mucho. Pero he aquí lo más importante: fuera de su repertorio, es decir tan pronto algo le haga salir de su rutina, aunque sólo sea por un momento, un hombre se sentirá terriblemente incómodo, y entonces hará todo esfuerzo para volver cuanto antes a uno u otro de sus papeles habituales. Recae en el camino trillado, y todo se encarrila de nuevo sin tropiezos para él: todo sentimiento de malestar y de tensión ha desaparecido. Siempre es así en la vida. Pero en el trabajo, para observarse a sí mismo, es absolutamente necesario admitir este malestar y esta tensión, y no temer los estados de incomodidad e impotencia. Sólo a través de éstos puede un hombre realmente aprender a verse. Y es fácil captar la razón. Cada vez que un hombre no se encuentra en uno de sus papeles habituales, cada vez que no puede hallar dentro de su repertorio el papel que convenga a una situación dada, se siente como un hombre desnudo. Tiene frío, tiene vergüenza, quisiera huir para que nadie le vea. Sin embargo, surge la pregunta: ¿qué es lo que quiere? Si quiere una vida tranquila, ante todo nunca debe salir de su repertorio. En sus papeles habituales, se siente a sus anchas y en paz. Pero si quiere trabajar sobre sí mismo, tiene que destruir su paz. Pues el trabajo y la paz son incompatibles. Un hombre tiene que escoger, sin engañarse a si mismo. Esto es lo que le sucede más frecuentemente.
En palabras, dice que escoge el trabajo, cuando en realidad no quiere perder su paz. Resulta que se sienta entre dos sillas. Esta es la más incómoda de todas las posiciones. Un hombre no hace ningún trabajo y sin embargo tampoco obtiene ninguna comodidad. Desgraciadamente, le es muy difícil mandarlo todo al diablo y comenzar el trabajo real. Y ¿por qué es tan difícil? Ante todo, porque su vida es demasiado fácil. Aun aquellos que creen que su vida es mala, están habituados a ella, y como ya están habituados, en el fondo poco les importa que sea mala.
'Pero aquí se encuentran ante algo nuevo y desconocido, de lo cual no saben si podrán o no obtener un resultado. Y lo peor es que tendrán que obedecer a alguien, les será necesario someterse a la voluntad de otro. Si un hombre pudiera inventar para sí mismo dificultades y sacrificios, algunas veces iría muy lejos. De hecho esto es imposible. Es indispensable obedecer a otro hombre y seguir una dirección general de trabajo que no puede ser controlada sino por una sola persona. Para un hombre que se estima capaz, en su vida, de decidir todo y de hacer todo, nada le seria más difícil que esta subordinación. Naturalmente, cuando logra liberarse de sus fantasías y ver lo que es en realidad, la dificultad desaparece. Pero es precisamente esta liberación la que no puede producirse sino en el curso del trabajo. Es difícil comenzar a trabajar y sobre todo continuar trabajando, y es difícil porque la vida corre demasiado fácilmente."
Nota: respecto al comentario de Gurdjieff: "Y lo peor es que tendrán que obedecer a alguien, les será necesario someterse a la voluntad de otro [...] Es indispensable obedecer a otro hombre y seguir una dirección general de trabajo que no puede ser controlada sino por una sola persona." Cabe decir que no se refiere al sometimiento tal como se conoce ordinariamente, o a la idolatría.
Es importante la siguiente consideración para no caer en la confusión o mala interpretación en la cuestión de estar bajo la tutela de un Maestro. Estar bajo la guía o instrucción de un ser que esté más avanzado que uno mismo en el Camino no significa rendirle culto o adoración. Esto es algo que ha ocurrido multitud de veces a lo largo de la Historia. No es preciso rendirle culto a nadie, ya que de esta manera el individuo que practica esta adoración se limitará a lo que diga su maestro y hará caso omiso de otros conocimientos que provengan de fuera del culto. La adoración o el culto limita las posibilidades del buscador. Las porciones de la Verdad se hallan en cualquier lugar, indistintamente de la etiqueta que se le ponga. Estar bajo la tutela de un Maestro significa beneficiarse de un ser que comprenda y haya caminado por una o varias vías para avanzar en el Camino; eso ayudará tanto al buscador como al maestro en su evolución por igual.