NECESIDAD DE GUSTAR Y SER ACEPTADO

A las personas generalmente les afectan lo que opine la gente sobre ellas mismas. Uno de los motivos de por qué ocurre esto es porque las personas sienten que han de ser admitidas por el grupo o la sociedad a la que pertenecen. De ahí nace la hipocresía.

Puesto que a las personas le importan considerablemente –hasta el extremo de vivir pendientes de ello- el hecho de ser admitido por los demás y el ser bien considerado, el humano se ve envuelto en sus propias limitaciones.

La Ley General es gravitatoria. Ser aceptado por los demás –en este contexto- significa ser absorbido por ella, ya que de esta manera el humano, aceptado, hipócrita en toda su extensión, es absorbido por el Sistema y forma parte del Organismo que se alimenta de la susodicha Ley General. Por ello se dice que el humano buscador se enfrenta a esta ley, y que desde el principio de esta lucha la derrota es automática, aunque con el proceso adecuado la derrota devendrá en victoria.

Ya en la Personalidad está configurada la necesidad de gustar. Generalmente, la autoestima del organismo que es la Personalidad es el causante de este comportamiento. La Personalidad –o Ego- necesita de una continuidad y un control, y una de las formas que tiene de continuar controlando la situación es sentirse en confluencia con las conveniencias exteriores, ya que los choques en el Ser no le convienen, pues esto podría acarrear nuevos planteamientos sobre cómo es la vida realmente, y estos choques suelen cambiar el mecanismo del ser humano abriendo nuevos caminos hacia una evolución interior.